Konstantinos Kabaphes, natural de la multicultural Alejandría de finales del S. XIX, y de padres griegos tardó años en tener el reconocimiento que hoy ostenta en la poesía universal. Uno de sus poemas más conocidos, titulado “Ítaca”, utiliza el mítico viaje de Ulises para hablar de la vida misma, de un modo magistral. Sólo el poema merece la extensión de este artículo, pero no sería un artículo de ciencias, así que me limito a recomendarlo a quien le guste el género y a hablar un poco de él.
En el poema, el viajero es llamado a la búsqueda de Ítaca, pero no por el mero hecho de encontrarla. Ítaca es el fin, pero lo que importa es que al lanzarte a buscarla te has tenido que adentrar en el mar con todas sus riquezas y peligros. Citando:
“Ítaca te ha dado el hermoso viaje.
Sin ella jamás habrías emprendido el camino.
Pero no tiene nada más que darte.”
Me encanta la parte sobre los miedos que tenemos que afrontar en el camino:
“Jamás encontrarás a los Lestrigonios,
a los Cíclopes y al fiero Poseidón,
si no los llevas contigo dentro de tu alma,
si tu alma no los alza frente a ti.”
¿Hacen falta más explicaciones? Este poema me ha animado mucho en momentos difíciles.
El caso es que la revista Geotimes en su reciente publicación de enero de 2007 anuncia que Ítaca, la verdadera, la relatada en la Edad de Bronce por Homero, ha sido encontrada. Hasta ahora se pensaba que Ítaca era una mera invención de Homero por la descripción que él mismo daba en su obra. Homero dice que Ítaca es la más occidental de las islas pertenecientes al archipiélago Jonio, en Grecia. Sin embargo la isla más occidental de dicho conjunto es Kefalonia (ver imagen), y tal isla es mucho más grande y diferente que la que Homero describía como Ítaca.
La tradición popular atribuía la identidad de Ítaca a la isla de Ithaki (ver imagen) por tener un tamaño semejante a la descrita por el autor. Sin embargo Ithaki está al este de Kefalonia como bien muestra la imagen, y por tanto no coincide con todo lo descrito.
El arqueólogo Robert Bittlestone en cooperación con geólogos e historiadores de las universidades de Cambridge y Edimburgo, afirman que Ítaca es la península en el lado occidental de Kefalonia, donde se encuentran las ciudades de Lixouri, Lakos y Xi (ver de nuevo la imagen). Para ello han tratado de demostrar que hace 3000 años efectivamente esa parte de Kefalonia era una isla separada del resto, y que un movimiento sísmico probablemente unió la zona norte convirtiendo Ítaca en una península.
¿Cómo lo hicieron? Básicamente se fueron al norte de dicha península y cavaron. Donde esperaban encontrar un lecho rocoso consistente como el del resto de la isla, encontraron fósiles marinos muy recientes (de sólo unos pocos miles de años) y sedimentos que mostraban que la tierra había rellenado la zona donde antes había un canal entre las dos islas. En otras palabras, habían encontrado un istmo. Esto eleva mucho las posibilidades de que efectivamente la actual península occidental de Kefalonia sea la Ítaca de Homero.
Encontrada Ítaca, el poema de Konstantinos Kabaphes sigue en vigor. Porque su búsqueda es como toda empresa que supone riesgos, y cuando se consigue mereció la pena. Ítaca no tiene nada que darnos, dice el poeta. Sólo la sabiduría adquirida durante su búsqueda es tu premio. Una poderosa razón para volver a echarnos al mar en busca de más Ítacas.
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