domingo, noviembre 14, 2004

La huidiza Selene

Así es como la llamaban los griegos: Selene. Los romanos la llamaron Luna, y ese nombre adoptamos nosotros. La Luna es el objeto astronómico más inmediato, y está tan cargado de información y leyendas, que siguen corriendo ríos de tinta sobre ella. Hay quien defiende que tiene una influencia más allá de la gravitatoria, y que cambia el carácter de la gente, aumentándose la criminalidad en las noches de Luna llena. Se dice también que en Luna llena se llenan las maternidades de partos inminentes. De ser cierto, no dispondríamos de una explicación razonable para ello. Los partes criminales en las comisarías no indican en absoluto esta tendencia, y tampoco lo hacen las altas en maternidad. En cambio sí se puede apreciar cómo los fines de semana, y las estaciones del año afectan considerablemente a la criminalidad, y los nacimientos. Las informaciones provenientes de policías, médicos o enfermeros a este respecto podrían ser subjetivas. Una mirada a los partes siempre será más reveladora.
En otro orden de cosas, quería contar alguna curiosidad astronómica de nuestro satélite. De la Luna sabemos mucho y poco según qué se pregunte. Por ejemplo, de su origen solo tenemos un montón de teorías. Una bastante plausible es que un meteorito del tamaño de Europa, golpeó la Tierra, cuando en su juventud era una bola de magma, y le arrancó una buena porción que tras mucho orbitar en trozos fue reuniéndose y solidificándose en la actual Luna. Estamos muy lejos de poder comprobar algo así.
Sí sabemos, por ejemplo, porqué siempre vemos las misma cara de la luna. Con toda probabilidad, la luna antes giraba mucho más rápido que ahora. Puede parecer difícil de entender, pero han sido las mareas de los océanos de la tierra las que la han ido frenando. A cambio, nuestros océanos se calientan un poquito, y la rotación de la tierra decrece igualmente. A su vez la tierra genera mareas en el Sol, y ve su velocidad de rotación reducida. Esta reducción implica que cada 100 años, los días serán 2 milésimas de segundo más largos, hasta que acabemos dando siempre la misma cara de la Tierra al Sol (no estaremos aquí para contarlo). Todas las lunas del sistema solar han frenado hasta dar siempre la misma cara a sus respectivos planetas. Bueno, todas excepto una. El satélite Hiperión, con forma de patata, orbita alrededor de Saturno con un comportamiento aparentemente impredecible, que necesita de la teoría del caos para explicarse adecuadamente.
Volviendo a nuestra Selene, todo este intercambio de energía está haciendo que además la Luna se vaya alejando de nosotros poco a poco. Lo intuitivo sería que si pierde energía, empiece a caer sobre la Tierra; pues no, ocurre justo lo contrario. Actualmente nos separan de la Luna unos 384000Km. Y cada año se aleja 3.8cm. Tenemos tiempo de sobra antes de perderla del todo. De nuevo, cuando escape del campo de influencia de la Tierra no estaremos aquí para contarlo, porque no sólo se acabarán las mareas, si no que la tierra comenzará a precesar caóticamente. Esto quiere decir que el eje de rotación de la tierra cambiará bruscamente colocando los polos a la altura del ecuador, y de vuelta a los polos, en cuestión de meses. El desastre climático sería tal, que se duda que la Tierra pudiera seguir siendo habitable.
La presencia de Selene es por tanto una de las muchas razones por las que se ha producido el milagro de la vida en la Tierra. Si no tenían motivos para amarla, aquí tienen uno bueno.


La huidiza Selene

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